Una hectárea de huerto solar puede proporcionar energía para unas 100 familias. Su rentabilidad, además de en la cantidad de energía que pueden producir, en que requieren de una inversión más baja que el resto de energías renovables.
Pero antes de analizar sus ventajas, queremos aclarar su concepto.
¿Qué son?
Una huerta solar es un conjunto de paneles solares fotovoltaicos situados en una misma parcela y, normalmente, de propiedad comunitaria a modo de inversión.
Son los copropietarios quienes comparten los gastos de instalación y mantenimiento y los beneficios de venta de su energía a la red.
España es líder del mercado de la energía fotovoltaica en Europa.
Y las previsiones de futuro son prometedoras porque, según el “European Market Outlook 2019-2023” de Solar Power Europe (2019), se espera que España tenga una tasa de crecimiento anual del 34% hasta 2023.
Ese año se podría alcanzar una potencia total fotovoltaica instalada de 25,6 GW.
De hecho, el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) prevé una capacidad total instalada de 37 GW de energía solar fotovoltaica para el año 2030.
La luz del Sol es una fuente de energía limpia, que no contamina, ilimitado y, además, muy fácil de obtener.
De este modo, la instalación de huertos solares se plantea como una inversión para aquellas personas particulares o empresas que dispongan de terreno rústico y pretendan mejorar sus ingresos.
Invertir en huertos solares
La inversión en huertos solares, además de una apuesta por la sostenibilidad y el medioambiente necesaria, suponen beneficios directos.
Estos son tres de los beneficios más importantes:
- Las compañías eléctricas cada vez se interesan más por la compra de energía a través de las renovables para venderla a la red eléctrica general.
- Los gastos iniciales de instalación se comparten entre todos los copropietarios.
- Alcanzan la autofinanciación en, aproximadamente, 8 años. Desde ese momento ya no generan gastos y solo producen beneficios.
Por otra parte, al tratarse de un mercado emergente relacionado directamente con la trasformación energética, los organismos nacionales, autonómicos, regionales y municipales facilitan toda clase de subvenciones y facilidades.
No obstante, la puesta en marcha de este tipo de proyectos puede suponer un riesgo si no se abordan desde un plano profesional.
Es decir, deben contar con la consultoría de empresas instaladoras de huertos solares.
El motivo no es otro que la consultoría y la tramitación de la documentación. Las dos cosas más importantes para hacer funcionar un proyecto de estas características con garantías de rentabilizarlo.
La obtención de las licencias, la solicitud de las subvenciones, la identificación de los terrenos, el asesoramiento completo en torno al aprovechamiento y, naturalmente, la conexión a la red, venta de energía e instalación completa, deben realizarse de forma profesional.
Una vez cubiertas todos los elementos necesarios, disponer de placas en un huerto solar no requiere de mantenimiento, son extraordinariamente duraderas (más de 25 años) y no requieren de mayores esfuerzos por parte de los inversionistas.
Por eso, el primer paso, es siempre la consulta a expertos.